Reus escarba su pasado romano
El estudio de los esqueletos hallados en el Pi del Burgar en agosto de 2009 determina que son de una mujer y un niño del siglo IV. Los restos se expondrán en el Salvador Vilaseca
Los últimos hallazgos arqueológicos en Reus fueron en verano de 2009 durante la construcción del centro educativo Pi del Burgar en la Camí de Valls. Los restos óseos de dos personas, una moneda, siete silos, fragmentos cerámicos y un pequeño depósito. Ahora, la empresa Codex-Arqueología i Patrimoni, encargada de las excavaciones, presentó la memoria. Un texto que concluye que los restos pertenecen al siglo IV d.C. y que los cuerpos son de una mujer joven y un niño de dos años.
Dos personas que fueron enterradas en el interior de un mismo silo «en un entierro simultáneo» y que, por ello, según concluye el estudio, «sino murieron el mismo día fue con pocos días de diferencia». Desde Codex, sin embargo, desmintieron que fuera causa de un asesinato como algunas informaciones apuntaron al producirse el descubrimiento. «Seguramente murieron por un virus o una infección, pero no sabemos la causa exacta».
« Tampoco podemos decir que sean madre e hijo como se apuntó, podrían ser hermanos o vecinos, no lo sabemos», añaden, aunque confirmaron que el esqueleto de la mujer parecía sostener al del pequeño entre los brazos. Dos individuos que pertenecían a la clase pobre de aquella época y que vivían en esta zona rural de las afueras de la entonces Tarraco.
Los esqueletos se encuentran en un precario estado de conservación que ha dificultado la investigación sobre quiénes eran. Un deterioro debido al paso del tiempo y a la actividad humana y agrícola que ha tenido este espacio a lo largo de la historia posterior a la época romana.
El resto de hallazgos en el Pi del Burgar determinan que ésta, concretamente, era una zona de almacenamiento relacionada con la explotación agrícola y que posteriormente se usó como cementerio. Unos restos arqueológicos que complementan a los que se descubrieron en 1947 en un solar muy cercano y entre los que había dos sepulturas y restos de cerámica. Por ello, los expertos creen que en esta zona podrían concentrarse más hallazgos arqueológicos en el futuro.
«Los del Pi del Burgar no son restos excepcionales, pero también son importantes porque ayudan a saber un poco más como era Reus entonces», explica el director del Museu Salvador Vilaseca, Jaume Massó. «En Reus, se documentan hallazgos romanos desde hace 150 años. Pero siempre difuminados por la importancia de los que aparecen en Tarragona». añade Massó.
Ahora, tras el estudio de los restos, éstos se han entregado al Museu Salvador Vilaseca de Reus. Unas piezas que se expondrán en una exposición donde se mostrarán algunas de las nuevas incorporaciones a los fondos del museo en los últimos cinco años.
Notícia publicada a www.diaridetarragona.com
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